martes, 30 de abril de 2013

El precio del mañana (In Time)


Argumento

En el año 2161, el gen del envejecimiento humano ha sido desactivado. Al cumplir los veinticinco años, las personas dejan de envejecer, pero sólo tienen un año más de vida. Transcurrido ese año, mueren de un ataque cardíaco a menos que «ganen» tiempo y rellenen con él sus «relojes de vida», que llevan la cuenta regresiva como un reloj digitalen sus antebrazos izquierdos.
El tiempo de vida se ha convertido en «dinero» y es la forma con que la gente paga suslujos y necesidades. Los ricos pueden vivir eternamente, mientras que el resto debe negociar o pedir préstamos para poder vivir el día a día (sus «relojes de vida» a lo más tienen siete días de vida). Cada persona vive en una «zona horaria» distinta, en función de su estatus social. Los pobres viven en los guetos de Dayton. Para ellos, el trabajo de cada día sirve para ganar un par de horas más de vida que también deberán utilizar para pagar las necesidades diarias. Los ricos viven en la lujosa Nueva Greenwich y pueden vivir durante siglos o milenios en función de la cantidad de tiempo que han adquirido. Cada «zona horaria» está cercada con muros donde se cobran peajes en tiempo cada vez más costosos para evitar que la gente «pobre» pueda cruzar o emigrar a lugares de niveles sociales más altos.
Will Salas (Justin Timberlake) es un trabajador de una fábrica de veintiocho años que vive con su madre de cincuenta, Rachel (Olivia Wilde), en los guetos. Un día, Will y su mejor amigo, Borel (Johnny Galecki), visitan un bar donde ven que un hombre, Henry Hamilton (Matt Bomer), que tiene más de un siglo en su reloj y hace alarde de su tiempo ante los demás. Hamilton es atacado por Fortis (Alex Pettyfer), el jefe mafioso de setenta y cinco años de edad, perteneciente a una banda llamada «Los Minuteros», quienes roban tiempo a los demás con el uso de la fuerza. Will le ayuda a Hamilton a escapar y lo lleva a una fábrica abandonada, donde este le dice a Will que hay tiempo suficiente para todo el mundo, pero que se ha estado guardando únicamente para que los ricos se vuelvan inmortales. Así, además, controlan la superpoblación mundial (subiendo el costo de la vida: impuestos, servicios y alimentos, por ende la gente más humilde corre el riesgo de que su reloj se consuma y finalmente muera). Los ricos lo llaman «el sistema». Hamilton afirma que nadie debe morir antes de tiempo y confiesa que ya está harto de seguir vivo y su mente está cansada después de sus ciento cinco años vividos.
Mientras Will duerme, Hamilton le transfiere el tiempo de vida que le queda. Al despertar, Will descubre el tiempo en su reloj y ve a Hamilton lanzarse al río. Trata de salvarlo, pero sólo logra que una cámara de vigilancia detecte su presencia. Huye de la zona, pero la policía, los «guardianes del tiempo», dirigidos por Raymond Leon (Cillian Murphy), comienzan a perseguirlo porque creen que él mató a Hamilton para robarle su tiempo.
Will quiere ver a su madre para festejar su cumpleaños. Pero ella muere al acudir a la cita. El tiempo que le queda no es suficiente para llegar a pie y el chofer del autobús que debe tomar no acepta que ella pague menos de la tarifa del transporte, la cual también se paga con tiempo y ha aumentado. Recordando lo que Hamilton le dijo sobre la inequidad del «sistema», Will decide vengarse. Visita a Borel y le da una década de tiempo como regalo de amistad. Borel aprovecha para ir a beber a un bar. Will acude luego a la zona de los ricos, donde conoce a Phillipe Weis (Vincent Kartheiser) y a su hija de veintisiete años, Sylvia Weis (Amanda Seyfried). Sylvia muestra interés en Will después de ver su actitud atrevida al jugar póker contra su padre. Phillipe los presenta e invita a Will a una fiesta en su mansión.
En la mansión, Will es capturado por Leon, quien confisca la mayor parte de su tiempo. Will escapa entonces, tomando como rehén a Sylvia. Trata de volver al gueto con ella, pero tienen un accidente en el auto en el que huyen y quedan inconscientes, lo que aprovecha Fortis para descubrir que Will tiene en su poder las horas de Hamilton. Sin embargo, se decepcionan al saber que Will ya no tiene consigo las horas de Hamilton y, como consuelo, roban la mayor parte del tiempo de Sylvia. Al despertar, Sylvia se angustia al descubrir que, por primera vez en su corta vida, le queda muy poco tiempo. Ella y Will visitan a Borel para recuperar algo de tiempo. Al visitar a Borel se enteran, por su esposa, que este murió alcoholizado cuando Will le regaló tiempo. Sylvia decide entonces vender sus aretes de diamante a una casa de empeño, pero sólo consigue dos días. Llaman entonces al papá de Sylvia para pedir rescate: mil años que se distribuirán entre la población del gueto, pero el padre de Sylvia no acepta. Leon detecta la llamada y los persigue.

Al día siguiente descubren que el padre de Sylvia no paga el rescate. Leon aparece y casi mata a Will, pero recibe de Sylvia un disparo en el hombro. Entonces Will le transfiere a Leon dos horas de tiempo, en vez de quitárselo (Will sabe que los guardianes del tiempo también viven al día como la gente del gueto), lo que sorprende a Sylvia. Ambos escapan en la patrulla de Leon. Más tarde, Will le dice a ella que todavía puede alejarse de la situación y salvarse, pero ella decide quedarse a su lado, al darse cuenta de que la vida que llevaba en Nueva Greenwich no tenía ningún sentido. Se besan. Comienza entonces una serie de robos de bancos de tiempo evadiendo a Leon y a los cronometradores. Roban las cápsulas que almacenan el tiempo y deciden distribuirlas entre los pobres ya que en el fondo están recuperando el tiempo robado por los ricos que pertenecía a los pobres. Eventualmente, los ricos ponen una recompensa de diez años por su captura. Fortis finalmente localiza a Will y Sylvia, por segunda vez, en un hotel. Will los elimina con las estrategias que aprendió de su padre.
Sin embargo, Will y Sylvia pronto se dan cuenta de que sus anteriores esfuerzos fueron inútiles, pues los ricos aumentan simplemente el costo de vida en los guetos para mantener el status. Ellos idean entonces un plan para robar un millón de años en la sede privada de Weis, ya que eso realmente dañaría a los ricos. Will y Sylvia roban una cápsula de un millón de años de la bóveda de la oficina del padre de Sylvia y escapan de las instalaciones. Los cronometradores tratan de detenerlos, pero Will y Sylvia logran abrirse paso y llegar a Dayton. A su llegada, Leon estrella su coche contra Will, pero Will alcanza a darle la cápsula de tiempo a un joven, quien distribuye el tiempo entre la gente. Leon alcanza en su patrulla a Will y a Sylvia, quienes huyen del lugar. Will le pide a Leon que le regrese parte del tiempo que anteriormente le había transferido, para que él y Sylvia puedan sobrevivir antes de sus ejecuciones y Leon se da cuenta entonces de que había olvidado cargar más tiempo a su reloj, muriendo frente a ellos.
Will y Sylvia tienen aún unos segundos de vida y, cuando creen que uno de los dos va a tener que sacrificarse por ambos, Will recuerda que pueden tomar tiempo de la patrulla de Leon y, en una escena que recuerda la muerte de la madre de Will, Sylvia recibe de Will justo a tiempo lo que necesitaba para sobrevivir. A costa de los robos y reparticiones de tiempo efectuadas por ellos, los cronometradores en su base monitorean como los pobres, ahora con más tiempo de vida, abandonan las fábricas y «el sistema» comienza a desmoronarse. En los guetos la gente viaja hacia otras zonas horarias ignorando los peajes de tiempo entre cada zona, así los cronometradores o policías de tiempo ven como la situación se les escapa de sus manos y deciden no actuar sobre estos hechos.
En la última escena, Sylvia y Will concluyen que para lograr derrocar «el sistema» van a tener que seguir robando y repartiendo mucho más tiempo, por lo que se ve cómo aparecen en la entrada de un gran banco de tiempo. Finalmente se dedican a seguir robando más cápsulas de tiempo.



Memorias de un zombie adolescente (Warm Bodies)




Warm Bodies es una película estadounidense de romance zombi, basada en la popular novela del mismo nombre escrita por Isaac Marion. Dirigida por Jonathan Levine, la película es protagonizada por Nicholas Hoult y Teresa Palmer. Esta película se centra en el desarrollo de la relación entre Julie (una adolescente) y R (un zombi), y un romance que pone en marcha una secuencia de eventos que pueden transformar tanto el mundo de los vivos como el de los zombis. Fue estrenada el 1 de febrero de2013.

Argumento

R es un zombi, quien se desplaza sobre una ciudad en ruinas, llena de edificios derruidos, coches oxidados, ventanas rotas y abandonados rascacielos, después de unapocalipsis zombi. R sólo puede gruñir y pronunciar algunas palabras y junto a su amigo M y un grupo de zombis, salen a buscar comida, ansiosos de cerebros, ya que al comerlos, los recuerdos de estos destellan en la mente de los muertos vivientes y así ellos tienen unos minutos de lucidez. Después de asaltar un edificio con unos adolescentes muertos y consumir el cerebro de uno de ellos (Perry Kelvin), R comienza a sentirse atraído por la pareja del muchacho, Julie Grigio, y desde entonces siente la necesidad de protegerla, llevándola consigo al refugio zombi, donde la relación entre ellos pone en marcha una secuencia de eventos que comienzan a cambiar el comportamiento de los habitantes del lugar. Vista como un peligro por los más ancianos, Julie decide volver con su padre y R decide seguirla, poniendo en riesgo su propia existencia al seguirla hasta City Stadium, el más grande refugio de humanos restante.

Actores:

Nicholas Hoult (R)
Teresa Palmer (Julie)
Dave Franco (Perry Kelvin)
John Malkovich (Grigio)
Analeigh Tipton (Nora)
Rob Corddry (M)
Cory Hardrict (Kevin)
Dawn Ford (Dr. Burke)




lunes, 29 de abril de 2013

Tres metros sobre el cielo

Introducción

 A tres metros sobre el cielo es la primera novela del escritor italiano Federico Mocciay la primera parte de la saga que componen este libro junto con su segunda parte. Fue publicado por primera vez en 1992, se reeditó en 2004 y en 2008 se lanzó la segunda parte llamada "Tengo Ganas de ti" ( en italiano: Ho voglia di te)en donde Stefano (Step) vuelve a descubrir si Babi es su verdadero amor. Tras su éxito en librerías, el libro recibió varios premios, se tradujo a varios idiomas y fue publicado en toda Europa, Brasil y Japón. Mas tarde, este libro fue adaptado al cine, dirigida por Fernando González Molina e interpretada por María Valverde(Babi), Mario Casas(Hugo), Álvaro Cervantes, Marina Salas, Diego Martín, Nerea Camacho, Andrea Duro y Luís Fernández entre otros. La película fue estrenada el 3 de diciembre del año 2010. La novela produjo lo que se conocería como el fenómeno Moccia, debido al éxito de sus obras, ha provocado en muchos lugares del mundo, en especial en Roma, la moda de decir la frase famosa a tres metros sobre el cielo y la moda de colocar candados con el nombre de la pareja simbolizando el amor eterno. Provocando multitud de daños en puentes emblemáticos en ciudades europeas como Roma, Barcelona, Paris..



Argumento

En Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar «tres metros sobre el cielo». Las chicas como Babi son aquellas chicas buenas que se preocupan por su futuro académico en el instituto, vive con sus padres mira la vida desde la tranquilidad aunque en su interior este llena de ganas de enamorarse, cometer locuras y disfrutar, mientras que los chicos como Step son la típica imagen de rebeldes de la calle, necio y luchadores por lo que piensan, prefieren cosas totalmente diferentes a ellas, pero lo que ambos tienen en común es que cada momento de su vida lo viven como si fuera el último. Pertenecen a mundos distintos, desean cosas distintas pero tienen algo en común: el amor que les hará flotar y sostenerse, el amor que les hará encontrarse y cambiar, mientras la vida real, la que se encuentra abajo, ya les reclama. Babi y Step se conocen en el camino respectivo a sus institutos. Aunque al principio no sienten nada por el otro, se darán cuenta poco a poco que se aman, atravesando así varios obstáculos en sus vidas para poder estar juntos. Federico Moccia dedicó este libro a su madre y a su padre con estas palabras: A mi padre, un gran amigo, que me enseñó mucho. A mi madre, una hermosa mujer, que me enseñó a reír y llorar.